Cómo crear personajes interesantes
Cuando una película nos atrapa, suele ser gracias a los personajes de esa historia. Que tener en cuenta a la hora de crear personajes: Cómo podemos crear personajes tridimensionales con los que empatizar? Pues trabajando mucho en la escritura.
Así que aquí van algunos consejos que te pueden ayudar a crear personajes interesantes. Usa fichas y/o biografías de los personajes. En muchos cursos y libros de guion, te recomiendan hacer fichas de los personajes con su perfil físico y psicológico. Estas fichas incluyen los rasgos que caracterizan físicamente al personaje, como por ejemplo si es alto o bajo, si tiene alguna tara o peculiaridad al andar, al comer o al dormir… También incluyen un perfil psicológico: si es una persona optimista o pesimista, si tiene alguna manía, si es una persona violenta o pacífica, qué comida y qué música le gustan, etcétera. Pero tampoco hay que cargar las tintas con eso. De poco nos sirve saber que su comida favorita es el estofado, si no tiene ninguna relevancia en la historia.
-Crear personajes que tengan posibles conflictos: Sin embargo, si es celíaco o vegano, puede resultar interesante. Porque esto le puede por ejemplo provocar un conflicto en una cita a ciegas, o en el primer día de un nuevo trabajo. Es decir, es importante si nos sirve de material para crear tensión y conflicto entre personajes. Es mejor escribir biografías y monólogos de los personajes. La extensión dependerá de la importancia del personaje. De esta forma intentamos ponerle voz, y es ese personaje, con sus propias palabras, el que nos cuenta cómo es y cómo ve el mundo. Así, cuando vayamos a dialogar, ese personaje ya tendrá una voz distinta al resto. Cada personaje es un mundo, al igual que cada persona. Y al crear personajes hay que pensar en qué lenguaje y qué argot utilizan. Además, si luego vamos a dirigir esa historia al llevarla a la pantalla, será un material muy útil para los actores. Así que yo, por mi parte, te recomiendo biografías y monólogos. Pero si tú prefieres fichas, pues fichas.
Un personaje es lo que hace, no lo que dice Esto está muy relacionado con la trama. ¿Qué obstáculos se va a encontrar el personaje a lo largo de la historia? ¿A qué dilemas se tendrá que enfrentar? Algo muy útil es saber cómo reaccionaría cada personaje ante una situación de emergencia. Por ejemplo en un incendio, ante el maltrato de otra persona, o de un animal. ¿Es activo o pasivo? ¿Se comporta de forma valiente o cobarde? ¿Es egoísta o es desprendido? Imaginar a cada uno de los personajes en situaciones de este tipo nos va a servir para definir cómo es ese personaje. Los personajes son lo que hacen. No lo que dicen. Exactamente igual que las personas.
-Crear personajes basados en arquetipos, no en estereotipos. Tanto la palabra estereotipo como la palabra arquetipo provienen del griego. El estereotipo es un modelo con pocos detalles. Una visión muy simplificada de una persona, o de un grupo de personas. El arquetipo, sin embargo, es el origen de un modelo. Es decir, es la fuente a partir de la cual se derivan otros modelos que dan lugar a la personalidad de cada individuo. Un personaje basado en estereotipos es un personaje que tiene una capa de pintura muy fina. Es decir, no está muy trabajado. Y suena a alguien que ya hemos visto mil veces. Conocer los arquetipos más comunes en la literatura y la psicología nos va a permitir crear personajes con más cuerpo y con más densidad. Y especialmente cuando desarrollamos un personaje antagonista. Al que hay que desarrollar bien para que no sea simplemente un estereotipo al servicio del guionista.
-Deseo externo VS necesidad interna: Una cosa es lo que el personaje desea, y otra lo que el personaje necesita. En términos generales, y de forma muy simplificada, el deseo externo del personaje se suele relacionar con el objetivo que tiene en la historia. Por ejemplo, puede que un personaje desee llevar a cabo una venganza. Y que esté obsesionado con esa venganza. Sin embargo, en realidad lo que necesita ese personaje es la redención. Necesita perdonar y pasar página. Y a lo largo de la historia y del desarrollo de la trama, el personaje acaba siendo consciente de cuál era su necesidad.
El psicólogo suizo Carl Jung utilizó los arquetipos al tratar de elaborar una teoría sobre la psicología humana. Según él, estos arquetipos (que provienen de la Mitología) residen en nuestro inconsciente colectivo y son universales. Estos arquetipos son modelos que nos sirven de ejemplo en la escritura de ficción. Intentó reducir estos arquetipos a doce. Cada uno de ellos simboliza una motivación humana básica, y tiene su conjunto de valores y significados propio. Estos doce arquetipos de Jung se dividen en tres grupos: el Ego, el Alma y el Yo (self o sí mismo). Cada uno de nosotros y de nuestros personajes de ficción está influido por varios, aunque uno de estos arquetipos tiende a dominar la personalidad.
-Características principales de estos doce arquetipos de personalidad de Jung:
Arquetipos de Jung: los tres tipos
-Arquetipos del Ego:
-La preparación del viaje: Estos primeros arquetipos nos ayudan a prepararnos para la travesía. Es decir, nos proveen de las habilidades básicas para la vida en sociedad.
-El inocente: El arquetipo del inocente es ingenuo y está falto de experiencia. Carece de complejidad y profundidad, y es una persona vulnerable. Sin embargo, suele ser una persona feliz. Tiene la necesidad de sentirse amado y reconocido. Vive con miedo a ser castigado por actuar mal o hacer algo incorrecto. Por eso intenta hacer siempre las cosas bien. Su punto débil es que suele ser aburrido, y sus principales talentos son la fe y el optimismo.
-El huérfano: Es la parte de nosotros que intenta encajar con los otros. Este arquetipo se caracteriza por intentar pasar inadvertido. Evita situaciones que le puedan comprometer o dañar. Prefiere siempre la seguridad y la zona de confort a la aventura. Es realista y con sentido común, y sobre todo muy empático.
-El guerrero: Este de uno de los arquetipos de Jung que más vemos en personajes de cine. El arquetipo del héroe o guerrero intenta demostrar su valía a través de actos valerosos. Tiende a ser competente y valiente, pero también arrogante y algo tonto. Siempre está en busca de su próxima batalla. Sus mayores temores son la debilidad y la vulnerabilidad. Su objetivo es ser tan fuerte y competente como le sea posible. Seguro que has identificado a muchos personajes de ficción dentro de este arquetipo.
-El bienhechor: El arquetipo del bienhechor es maternal y protector. Su obsesión es tratar a los demás como le gusta ser tratado. Sus principales miedos son la ingratitud y el egoísmo. Cuida y protege a los demás, y se caracteriza por la compasión y la generosidad.
Arquetipos del Alma:
La travesía: Los arquetipos del Alma son aquellos que hacen que muera el viejo yo para dar lugar a uno nuevo.
-El buscador o explorador: El buscador es el arquetipo que ansía una vida mejor y más libre. Tiene miedo de ser un inconformista domesticado. No soporta el aburrimiento y siempre está en busca de una aventura. Su deseo es explorar el mundo. Su mayor temor es sentirse vacío por dentro. Suele ser independiente, ambicioso y muy fiel a sí mismo.
-El amante: La obsesión del arquetipo del amante es encontrar a su otra mitad. Ama de todo corazón, y busca la unión con la gente y su entorno. Sus virtudes son la pasión, la gratitud, el aprecio y el compromiso. Su debilidad o temor es perder la propia identidad por la necesidad de complacer a otros.
-El destructor: El destructor se caracteriza por la búsqueda de la metamorfosis. Busca la revolución o la venganza, y destruir lo que no funciona. A veces puede ser fanático, e incluso delirar. Sus virtudes son la extravagancia y la libertad extrema. Su debilidad es el peligro de aniquilar todo lo que encuentre a su paso.
El creador: El creador ansía ser recordado después de haber muerto. Está obsesionado con dejar un legado para trascender más allá de la vida. Su debilidad es que puede ser demasiado perfeccionista, o dispersarse, sintiéndose insatisfecho. Obviamente su mayor temor es la mediocridad. Y sus virtudes son la creatividad y la imaginación.
Arquetipos del Yo o si mismo:
-El retorno del héroe: Una vez que el héroe ha pasado por todos los estadios anteriores, llegamos a la metamorfosis final, en la que tienen lugar estos últimos arquetipos de Jung.
-El gobernante: El arquetipo del gobernante sólo piensa en el poder y el control. No aceptan el fracaso, y son obsesos en la creación de un orden y en el cumplimiento de las reglas. Su mayor temor es ser derrocado. Sus debilidades son el ser demasiado autoritario, e incapaz de delegar. Sus virtudes son la responsabilidad y el liderazgo.
-El mago: Este arquetipo desea comprender cómo funciona el universo, para transformarlo. Gracias a su optimismo intenta hacer realidad los sueños. Por eso su temor es que sus actos tengan consecuencias negativas. Su principal virtud es la búsqueda de soluciones que beneficien a todos. Su debilidad, por el contrario, es que pueden llegar a ser manipuladores.
-El sabio: La obsesión del sabio es ser honesto. Intenta comprender el mundo, pero sobre todo a las personas y las leyes del universo. Son personas analíticas y curiosas. Pero por el contrario, pueden pensar mucho y actuar poco. Sus virtudes son la inteligencia y el análisis. Sus principales temores son la mentira y la ignorancia.
-El bufón o loco: El arquetipo del bufón se ríe de todo para que el mundo sea menos rígido. Disfruta la vida al máximo, viviendo el momento. Sus virtudes son la alegría y el juego. Por eso sus temores son el aburrimiento, tanto propio como ajeno. Y a veces pueden ser demasiado frívolos y hacer perder el tiempo.
El arco de transformación de un personaje: Cuando escribimos el guion de un cortometraje no suele dar tiempo a que los personajes sufran grandes cambios. Aunque hay cortos brillantes que sí que lo consiguen. Sin embargo, en el caso de que vayas a escribir un guion de largometraje, hay que tener muy presente la evolución del personaje. Esto está muy relacionado con el deseo y la necesidad. Es decir: cómo era al empezar la película, y cómo acaba al final. ¿Se queda igual, o ahora es distinto? ¿Ha pasado de ser un misántropo huraño y estar enfadado todo el día, a reconciliarse con el género humano? ¿Pensaba que se comería el mundo, y el mundo le ha acabado comiendo a él? Tener en cuenta esto es importante, ya que a través del personaje y de su arco de transformación, se llega a una conclusión al final de la película. Ahora que sabes cuáles son los doce arquetipos de Jung, te propongo un ejercicio. Escoge tus tres películas favoritas, e intenta identificar estos arquetipos en los personajes protagonistas. Y ten en cuenta que no necesariamente un personaje protagonista debe pasar por todos los arquetipos de Jung. Esto es sólo una enunciación de la travesía del héroe clásico. Y también de la metamorfosis que deberíamos seguir para ser personas más completas.
6 pasos para escribir un guion de cine:
1 – La idea: En apenas 4 o 5 líneas, escribir el tono, los hechos y el tema de la película. Esa debe reflejar quién es el protagonista principal, y cuál es la acción principal que tendrá que llevar a cabo durante la historia. Es decir, cuál es su conflicto. Esto es lo que se suele llamar story line en inglés, y es fundamental a la hora de hacer un guion y saber resumir de qué va la historia.
2 – La sinopsis: La sinopsis es un resumen muy breve de la película. Suele tener una extensión de 1/2 página, y no cuenta el final, ya que trata de enganchar para dejarte con ganas de más. Es un documento fundamental también para presentarse a convocatorias de concursos de guion. Cuando nos vamos a las 2 páginas, e incluimos el final, lo podemos llamar sinopsis argumental. Y cada convocatoria suele pedir una sinopsis a su manera. Lo importante de esta sinopsis inicial es que te sirva a ti para ir avanzando hasta el siguiente paso. Aunque parezca fácil, puedes tardar días e incluso semanas en tener una sinopsis clara. Y seguramente la volverás a reescribir cuando avances en las siguientes fases del guion.
Saber cómo escribir una buena sinopsis de cine es muy importante para un guionista. Una buena sinopsis puede hacer que nuestro guion llegue a buen fin. Una mala sinopsis puede echar por tierra las posibles oportunidades de que ese guion sea tenido en cuenta por una productora o el jurado de un concurso. Una sinopsis es el resumen general de una obra, ya sea una novela, una película, o un videojuego. Es una palabra que procede del latín y del griego, donde se usaba tal y como se utiliza hoy en día en inglés: synopsis. Hay dos tipos de sinopsis de cine, dependiendo de su finalidad. Y no es lo mismo hacer una sinopsis para un largometraje, que la sinopsis de un cortometraje. También como sinopsis se maneja otro concepto: el storyline, que está muy relacionado con la sinopsis y con la venta de proyectos narrativos. Pero hay que tener claro que no hay una fórmula mágica para escribir una buena sinopsis. Hay que pensar siempre mucho hasta dar con la sinopsis perfecta para nuestro proyecto, tanto si es una película como una novela.
Existen dos tipos de sinopsis: la sinopsis de venta y la sinopsis argumental. La sinopsis de venta o sinopsis corta es más breve. Su objetivo es atrapar al lector para que tenga ganas de leer nuestro guion, o ver nuestra película, si estamos escribiendo una sinopsis para vender la película. La principal característica de esta sinopsis es que tiene que seducir. Y esa es su dificultad. En apenas unas líneas tenemos que hacer que nuestra historia enganche. Así que más que hacer un resumen, tenemos que condensar lo mejor de esa historia. Tiene que dejarnos con ganas de más. En el caso de un largometraje, puede ocupar desde unas pocas líneas hasta una página. Y por regla general, nos centramos en la trama principal y el protagonista. En el caso de un cortometraje, en apenas dos líneas podríamos escribir una sinopsis. Porque un corto no suele dar para más, salvo excepciones. Y ese texto será el que pondremos en la ficha técnica, y que enviaremos a los festivales de cortos.
La sinopsis argumental incluye de forma resumida el argumento de la película. Es decir, es más larga que la sinopsis de venta, y en un largometraje ya se va a las 2 o 3 páginas, o incluso 4 o 5, dependiendo de la finalidad de esa sinopsis argumental. Una cosa que sí es importante en la sinopsis argumental es que respete proporcionalmente los tres actos de la película. Es decir: el primer acto, ocupará una cuarta parte, el tercer acto otra cuarta parte y el segundo acto, aproximadamente la mitad (el doble que el primer y el segundo acto). Y ya si queremos incluir el final o no, dependerá de para quién sea esa sinopsis argumental. Si es un documento de trabajo interno para nosotros, lo lógico es incluirla. Si es para presentarla a algún concurso o convocatoria entonces es decisión personal. En la mayor parte de los casos, sí es recomendable incluir también el final. Pero dependerá mucho del tipo de historia y de para qué sea la sinopsis. Lo más importante de la sinopsis argumental es que cumpla el propósito para el que se escribe. Si es para participar en un concurso de proyectos o para enviar a una productora junto al guion completo, tiene que ser impactante y diferente. Tener en cuenta que las personas que hacen el proceso de selección van a leer cientos de sinopsis. Y muchas de ellas se van a parecer mucho, o van a transitar lugares y temas comunes. Es inevitable. Pero si es para nosotros a nivel interno durante el proceso creativo, lo importante es que nos permita ver rápidamente qué película o libro estamos escribiendo. Es decir, que nos sirva como brújula para saber que la estructura narrativa está compensada, que los personajes y los obstáculos son coherentes, y que el conflicto es lo suficientemente interesante para el espectador. Al igual que sucede en todos los documentos que vamos escribiendo durante el proceso de escritura de un guion, el tiempo verbal que vamos a usar de forma más habitual es el presente de indicativo y la tercera persona. Especialmente en la sinopsis argumental, que trata de ser un resumen de la historia completa. En estas primeras líneas sabemos quién es el protagonista, dónde y cuándo se sitúa la acción, y cuál es su objetivo. Una película de aventuras debe hacernos vibrar al leer. Debe tener ritmo y acción. Los verbos deben ser poderosos y abrir incertidumbres al lector: ¿quién es el protagonista? ¿conseguirá su objetivo? Si hablamos de una comedia, estaría bien que la sinopsis nos produjese una sonrisa solo con leerla. Y si es la sinopsis de un thriller, nos tiene que intrigar.
Storyline: Básicamente se trata de la idea de la película, que se explica en 4-5 líneas, y que cuenta quién es el protagonista y cuál es su objetivo. Es decir, el germen de la historia, que también debería reflejar el tema de la película o del libro.
3 – El argumento: El argumento es un documento más extenso que la sinopsis, y se va hasta unas 2 o 3 páginas en el caso de un cortometraje. Aquí ya empezamos a ver los cimientos de la historia con más claridad. Aparecen sub-tramas junto a la trama principal, personajes secundarios… Importante: se escribe en presente de indicativo, al igual que el guion literario.
4 – El tratamiento de un guion del cortometraje. El tratamiento es una fase opcional que algunos guionistas se saltan, porque trabajan directamente con una escaleta de varias páginas, y de ahí pasan directamente a la escritura de la primera versión del guion, escena por escena. Es un documento que suelen pedir también en muchas convocatorias de concursos de guion o subvenciones de desarrollo.
Suele tener una extensión que puede variar entre las 3 páginas, hasta las 5-6, o incluso más en los cortometrajes. Depende del tipo de película, y depende de qué tipo de guiones hagamos. Si tienen mucho diálogo, suelen extenderse más, claro. El estilo de un tratamiento está a medio camino entre el argumento y el guion literario. Puede estar secuenciado (con los títulos de las secuencias) o no, e intenta ser una versión resumida del guion, sin apenas diálogos (salvo que sea una película muy de diálogos, como ya hemos mencionado).
5 – El guion literario: Aquí es cuando escribimos secuencia a secuencia la historia. Es decir, el guion literario, que es el documento final que leerá todo el mundo. Tiene sus reglas.
6 – Reescrituras y versiones: escribir un guion de cine significa reescribir. Difícilmente un guion se queda en una sola versión. Una vez que llegas a tener la primera versión, conviene dejarla reposar al menos unas semanas, y luego volver a leerla para ver lo que funciona y lo que no. Hay ocasiones en las que un guionista escribe apenas dos o tres versiones de una película, y otras en las que se escriben decenas de versiones.
EN PARALELO, DURANTE TODAS LAS FASES DEL GUION: Un guion es algo vivo. Por mucho que queramos dar un orden, durante todo el proceso nos vienen ideas que tendremos que encajar dentro del puzzle. Estas son tareas que harás a lo largo de todo el proceso, desde que se te ocurre la idea, hasta que estás reescribiendo versiones.
Hay que documentarse para escribir un guion de cine. Es fundamental conocer el mundo en el que se mueven tus personajes. Si es un policía de pueblo del interior, puedes ver películas policíacas, pero tendrás que saber cómo vive y trabaja un policía de pueblo del interior. Esta documentación es fundamental también para la inspiración y originalidad.
-Escaletas: Una escaleta es una lista de las escenas que componen el largometraje. En apenas una o dos líneas por escena, describimos qué pasa en esa escena. La escaleta es algo así como el esqueleto básico del largometraje. Aunque no esté mencionado en los 6 pasos, es un paso fundamental antes de ponerse a escribir, o al menos a posteriori, para que nos cercioremos de que el guion está compensado.
-Invención: Aunque no acaben en el guion final, inventar situaciones o historias paralelas a la historia puede ser muy útil para desbloquearnos. Por ejemplo, imaginar a nuestros personajes en otra película, o en una situación límite. ¿Cómo se comportarían?
La escaleta de un guion nos ayuda a ver rápidamente la estructura de la historia. Vamos a ver qué tipos de escaletas hay. Una escaleta es una lista de las escenas o secuencias de una historia. Es decir, es algo así como el índice de la película. Un esqueleto o esquema. En inglés se llama step outline, cuya traducción literal sería algo así como «esquema de pasos». En el cine y las series, la escaleta nos sirve para ver la estructura argumental. Así podemos saber de un vistazo cómo avanza la historia, cuándo se producen los puntos de giro, y si los actos están bien repartidos. Pero las escaletas no se utilizan solamente para el cine. Se utilizan en general en la narrativa y en el sector audiovisual. Es decir, cualquier escritor de ficción de cualquier género y formato puede usar una escaleta. Cada guionista tiene su propio método algunos escritores por ejemplo, empiezan a escribir fragmentos y situaciones directamente antes de hacer la escaleta. Es decir, va tomando notas, y cuando ya tiene más o menos claro lo que quiere, empieza a escaletar. Pero no hace un tratamiento de guion. Así que hay que encontrar qué proceso creativo es el que mejor funciona para cada escritor. Pero lo normal es que cuando empezamos lo hagamos paso a paso. Para romper las reglas primero hay que conocerlas. Así que la escaleta suele ser una lista de escenas. Y es el paso intermedio entre una sinopsis argumental y el guion literario. Pero también se utilizan constantemente como herramienta durante la reescritura, y durante la preproducción. Dependiendo de para qué la vayamos a utilizar, en las escaletas pondremos el encabezado de la secuencia, o no.
Por ejemplo: un ayudante de dirección, cuando hace su debe poner el encabezado. Porque es a él lo que le interesa es saber cuántos decorados y localizaciones tiene la historia. A nosotros, como guionistas, lo que nos interesa es saber cómo avanza la historia. Así que colocar encabezado si lo creemos necesario y te resulta útil. Al final la escaleta es un documento de trabajo interno para el guionista. No se suele compartir, sino que nos sirve antes de ponernos a escribir el guion literario. Por lo tanto, la puedes hacer como quieras. Para hacer una escaleta de guion lo que hacemos es ir numerando cada paso que hace avanzar la historia, con un breve resumen. Pero en cada uno de estos puntos sucede algo que hace avanzar la historia. El punto 2 es consecuencia del 1, y el 3 es consecuencia del 2. Y haremos esto con toda la historia, identificando cómo se dividen los tres actos (planteamiento, desarrollo y desenlace). A estos pasos también se le suelen llamar pulsos. Por eso es probable que alguna vez la escuches como escaleta de pulsos. Una vez que tenemos una escaleta previa definitiva, entonces empezaríamos con el tratamiento, o directamente con el guion literario. Y cuando vayamos haciendo diferentes versiones, también es probable que revisemos constantemente la escaleta de pulsos. Porque escribir es reescribir. Las series de cortos de ficción tienen siempre un tiempo establecido y un presupuesto estimado. Estas unidas pueden terminar siendo una forma de hacer un largometraje. Por ello, generalmente tienen una estructura ya definida, con un número de tramas por capítulo y un número de decorados. Así que en este caso la escaleta se hace por cada trama, a la que se asigna un color. Y de esta forma se ve cómo se reparten las tramas dentro de un capítulo.
Diferencias entre escaleta y tratamiento de guion: Es probable que hayas oído hablar también del tratamiento de guion. El tratamiento suele ser un paso intermedio entre la escaleta y el guion literario, que para muchos guionistas es fundamental en su proceso creativo. La principal diferencia es que el tratamiento suele incluir una descripción de la acción más parecida a la del guion, con más detalles en la descripción de cada escena. Aunque hay diferentes tipos de tratamiento de guion. Hay tratamientos secuenciados, escena por escena, que no dejan de ser una escaleta muy desarrollada, omitiendo algunos elementos del guion, como los diálogos y las transiciones. Y hay tratamientos de guion que no incluyen encabezados, y son más parecidos a un relato en prosa. Eso sí: se escriben en presente de indicativo, igual que un guion literario. Por decirlo de alguna forma, un tratamiento es como la versión pequeña del guion, contando la historia de una forma más novelesca y no tan técnica como la de un guion literario.
Una de las mejores formas de aprender a escribir guiones es intentar escribir la escaleta de las películas que más te gusten. De la misma forma que cuando vemos una película podemos analizar cómo un director ha resuelto una escena plano a plano, hacer las escaletas de otras películas nos ayuda a comprender cómo se estructura. Es decir, analizar cuándo se produce el detonante, cuándo se producen los puntos de giro, y cuándo llega el clímax (si lo hay). Así que como ejercicio te propongo escaletar tus tres películas favoritas. Porque no es lo mismo ver una película como espectador pasivo, que como guionista que analiza por qué se estructuran así las escenas, y cómo se dosifica la información. Tanto la estructura como el tono cambian mucho desde la escaleta al cortometraje final. El personaje principal cambia de nombre y tiene cualidades distintas, aunque la esencia de la historia es la misma. Y el tema de la historia es también el mismo. El guion de cine es algo que normalmente está en continuo cambio hasta el montaje final.
Así que la escaleta es una herramienta que utilizarás prácticamente desde que tienes la idea para escribir, hasta que haces el montaje final de la película.
-Desarrollo de personajes: Escribir monólogos o documentos sobre los personajes también es útil para saber cómo hablan, cómo sienten, y cómo ven el mundo nuestros personajes.
-Uso de citas: Este es un recurso que se utiliza para no olvidar lo que quiere contar con cada escena. Cuando se pone a escribir la primera versión del guion, recurre a citas o poemas que le gustan, y que transmiten la idea de esa escena. Así, cuando llega a rodaje, tiene clara cuál es la función de esa escena dentro de la historia.
Tú puedes ser productor/a de contenidos: Hoy en día vivimos en una época en la que tener unos medios técnicos decentes está al alcance de la mayoría. Está claro que hay guiones que no podemos rodar con nuestros medios. Pero si escribes pensando en lo que ya tienes y lo aprovechas, puedes rodarlo y distribuirlo tú mismo a través de Internet. Y no necesariamente tiene que ser un guion de largometraje. Piensa en cortometrajes, webseries o incluso gags que puedan funcionar en plataformas como Youtube, Instagram o Tiktok. Muchos guionistas viven hoy día de eso. Y esto es sólo el comienzo. Nunca antes habíamos tenido la posibilidad de llegar a tanta audiencia por tan poco dinero.